Ejemplo:
 

Lee con atención el siguiente ensayo de Eduardo Galeano, observa cómo va dearrollando el tema y prende de este maestro de las letras hispanoamericanas.

Uno escribe a partir de una necesidad de comunicación y de comunión con los demás, para denunciar lo que duele y compartir lo que da alegría. Uno escribe contra la propia soledad y la soledad de los otros. Uno supone que la literatura transmite conocimiento y actúa sobre el lenguaje y la conducta de quien la recibe, que nos ayuda a conocernos mejor para salvarnos juntos. Pero "los demás" y "los otros" son términos demasiado vagos; y en tiempos de crisis, tiempos de definición, la ambigüedad puede parecerse demasiado a las mentiras. Uno escribe, en realidad, para la gente con cuya suerte, o mala suerte, uno se siente identificado, los malcomidos, los maldormidos, los rebeldes y los humillados de nuestra tierra, y la mayoría de ellos no sabe leer. Entre la minoría que sabe, ¿Cuántos disponen de dinero para comprar libros? ¿Se resuelve esta contradicción proclamando que uno escribe para esa cómoda abstracción llamada "masa"?

Eduardo Galeano, de Contraseña (fragmento).

 

Ejercicio