Ejemplo:
Tenemos las oraciones:
Frodo es un hobbit. Veamos la primera, según el instructivo (aunque no sepamos qué
significa Frodo o qué es un hobbit, eso no importa, las reglas gramaticales se cumplen con precisión
y nos permiten saber, al menos, con qué clase de palabras estamos tratando): Frodo es un hobbit. ¿Quién es? Frodo
es un hobbit. ¿Qué es Frodo? Frodo es un
hobbit. Y listo. Nuestro análisis, pues, es el siguiente: El verbo copulativo será: es. El sujeto, seguramente un nombre propio es: Frodo. El predicado nominal, seguramente un sustantivo, es:
un hobbit. No quedan más elementos por discernir y nuestro análisis ha terminado. Intencionalmente hemos elegido un ejemplo donde no conocemos los significados
del contenido (a menos claro, que te guste leer a Tolkien) pero probemos ahora con otro ejemplo cuyo significado
nos sea del todo claro: El anillo está maldito. El anillo
está maldito. El anillo está maldito. De manera que: Verbo nominal: está. Sujeto: El anillo. Predicado nominal: maldito.
El anillo está maldito.