Supongamos que tenemos la siguiente oración:
El árbol que crece torcido sirve
para columpio.
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Puedes detectar la existencia de una oración subordinada (que junto a la oración
simple puede formar una oración compuesta) porque encontrarás en la misma oración dos verbos
y un nexo subordinante que los conecte, por ejemplo, en el caso que expusimos los verbos son crecer y servir; unidos
por el nexo subordinante que.
El árbol que crece torcido sirve para columpio.
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Ahora cada una se analizará como si fuera una oración simple del modo siguiente:
Se localiza el verbo principal:
Sirve
Sujeto: ¿Quién sirve?
El árbol que crece torcido.
Notarás
que dentro de esta respuesta aún se contiene otro verbo, lo que
indica que la subordinada está aún allí.
Complemento circunstancial de finalidad: ¿Para
qué sirve?
para columpio
Ahora nos ocuparemos de la oración subordinada:
verbo subordinado:
crece
Sujeto: ¿Quién crece?
El árbol
Complemento circunstancial de modo: ¿Cómo crece?
torcido
Y listo, nuestro análisis queda de la manera siguiente:
Verbo principal: Sirve.
Sujeto principal: El árbol que crece torcido.
Complemento circunstancial de finalidad: para columpio. |
Verbo subordinado: Crece.
Sujeto: El árbol.
Complemento circunstancial de modo: Torcido |
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