SOLUCIÓN

 
 
  • Su intachable conducta, las elogiosas referencias que nos dieron de él, su carácter amable y bondadoso; todo nos convenció de que se trataba de una excelente persona.

  • Unos estudian por curiosidad intelectual, otros por obtener un certificado, muchos por conseguir un puesto mejor remunerado; en fin, tampoco falta quien estudia sin saber bien por qué.