La escaleta: 
  Es conveniente trabajar nuesro ensayo no de improviso, sino siguiendo una escaleta, es decir, un esquema previo que nos ahorrará trabajo y le prestará coherencia al hilo de nuestros pensamientos. Esta escaleta por lo general comienza a desarrollarse en el curso del proceso anterior, y casi siempre es influida por nuestras notas: al termino de nuestra búsqueda de material ya tenemos una buena porción de apuntes que nos servirán como brújula para recordar los puntos que nos parecieron más importantes o más interesantes. A veces una reorganización de nuestras papeletas nos proporcionará ya un orden previo que sencillamente habremos de trasladar y complementar en el desarrollo de nuestra escaleta. Cabe mencionar que por esto es muy importante no dar por sentada la forma definitiva de la escaleta sino hasta tener reunido todo el material necesario, de este modo nos ahorraremos cambios drásticos que podrían afectar radicalmente el rumbo de nuestra investigación; así mismo, otro factor capital a considerar, es la extensión de nuestro trabajo: naturalmente, tendremos que descartar mucho más material y muchos más temas colaterales si se nos ha pedido un enayo de diez páginas que si nos estamos haciendo cargo de una tesis de doscientas páginas.

La escaleta en sí, es una especie de resumen donde se contendrán las ideas que habrán de desarollarse en nuestro ensayo. Debe contener todas las partes, capítulos, subcapítulos y apartados del trabajo final y, aún dentro de estas grandes categorías, habremos de enunciar el tema de cada uno de nuestros párrafos con una oración simple, de manera que es al mismo tiempo una síntesis de nuestro proyecto y un índice sumario que nos será una referencia inapreciable.

El orden lógico de la escaleta es de extrema prioridad, por ello no debemos solo guardar un buen aspecto y una secuencia razonable en el desarrollo de nuestros temas, sino que además tenemos que considerar que, tratándose del mismo orden final de nuestro trabajo, este orden debe justificarse a sí mismo.

También es conveniente considerar al lector en este desarrollo tentantivo y aprender la lección de los periodistas, que nos dan la parte más importante en los encabezados titulares; sin llegar a estos extremos, con un poco de maña y un buen estilo literario, podemos conseguir una disposición que resulte atractiva a nuestros posibles lectores. Recordemos que un buen ensayo no sólo puede ser brillante; puede ser también muy ameno de leer.

La escaleta determinará el material utilizable y el material descartado, hará evidentes las lagunas en nuestro acopio, denotará la profundidad a la que queremos trabajar en nuestro proyecto, las teorías que consideramos y los ejemplos y contraejemplos que usaremos. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la capacidad de presentar una argumentación sólida y convincente a través de un ensayo, descansa en la eficiencia de la escaleta.